jueves, 27 de octubre de 2016

NUESTRA PLANIFICACIÓN Y MENÚ SEMANAL

En nuestra casa trabajamos los dos a jornada completa. A eso sumadle un bebé. Resultado: tiempo escaso.
La logística para preparar las comidas, pues, es algo fundamental para nosotros.

Por eso contamos con un calendario de menús que tenemos colgado en la nevera y que actualizamos semana a semana en función de los alimentos que quedan en el fondo de la nevera/despensa y en función de los alimentos de la temporada.
Como paso previo a confeccionar el menú, pues, lo primero que hago es mirar qué tengo en la nevera (para darle salida), qué tengo en el congelador y qué me queda en la despensa. Y en base a ello, hago el menú y la lista de la compra.
Antes de poner algún ejemplo de menú, quisiera introduciros en nuestra realidad a la hora de planificar los menús semanales:

¿Cómo lo estructuramos?
La peque come lo mismo que nosotros la mayoría de comidas. Aquellos platos que no los veo indicados, tiro de reservas que ya tengo expresamente para ella, o bien a la hora de preparar la comida,  adapto la suya.

¿Por qué no cocinamos expresamente para ella?
1- Porque en casa ya comemos muy saludable y equilibrado de por sí: sin apenas sal, 0 azúcares, ni frituras. Las técnicas de cocción que empleamos son siempre al vapor, a la plancha, hervido o al papillote. Así que no nos es necesario cocinar de un modo distinto para ella.
2- Porque por indicación pediátrica y directrices de sanidad generales no seguimos ningún calendario “encorsetado”  en relación al orden de la introducción de alimentos, lo cual hace las cosas más sencillas todavía. Lo de no darle huevo hasta los 8 meses (por poner un ejemplo) no lo hemos debido que tener en cuenta.
3- Porque es más rápido, fácil y coherente.
Seguro que podéis adaptar la mayoría de comidas que ya estáis cocinando para vosotros (los papis) a vuestros bebés. No todo, claro, pero gran parte se puede. Por ejemplo, si cocinamos macarrones con verduras, podríamos cortar/cocinar esas verduras en trozos grandes, y ofrecérselas junto a los macarrones, y las nuestras las podríamos cortar a cuadraditos y cocinarlas como de costumbre. ¿Qué ese día no se puede adaptar? En nuestro caso, lo mejor es tener el congelador lleno de “planes B” en forma de mini hamburguesas (de arroz, lentejas, carne….

¿Qué comidas comparte con nosotros?
El desayuno (7:00 am) con los dos.
El almuerzo (13:30 pm) con mamá.
La merienda (17:30 pm) con papá.

A fecha de hoy tiene 10 meses, y no comparte cena con nosotros (cena teta, básicamente), puesto que a las 20:00 pm ya está rendida.

¿Qué estructura tiene sentido en nuestro menú?
De lunes a viernes (los findes siempre hacemos planes diferentes y sin apenas rutinas establecidas).

¿Cocinamos día a día o cocinamos mucho “de golpe” para tirar de reservas?
Pues ambos.
Los domingos lleno la vaporera a tope de verduras cortadas en trozos grandes para ella. Y es el día en que aprovecho (1 vez al mes) a cocinar algo sí hecho expresamente para ella para tener un fondo de despensa en caso que haya algo de comer que no lo vea adecuado. Por ejemplo, hago hamburguesas (tenéis varias recetas en mi blog) de forma que tengo para 1-2 meses aproximadamente.
El resto lo cocinamos día a día por la tarde. PERO debo decir que eso no nos ocupa más de 30 minutos (como mucho).


Nuestro calendario no es el mejor ni el peor. Es el que nos funciona a nosotros y se adapta a nuestro contexto, gustos y necesidades.

Este ejemplo es de la semana 17 a 21 de octubre, teniendo Mia 10 meses recién cumplidos:


Consideraciones:
Desayuna lo mismo siempre: sí, es así. No lo veo ni mejor ni peor, mientras semana a semana el resultado global sea equilibrado.
No hay carne ni pescado CADA día: ídem. No es ni mejor ni peor. Consideramos que hay que mantener un equilibrio entre las proteínas vegetales y animales (muchas veces se abusa de las segundas).
Desde los 9 meses, aunque no aparezca en el menú, le ofrecemos postre y pan en el almuerzo, cuando vemos que sigue con hambre. Es difícil de prever, porque en el caso de Mia, un día tiene apetito voraz y al siguiente deja la mitad en el plato (que no tiro, por supuesto. Lo guardo para el día siguiente).
Siempre aliñamos las comidas con aceite de oliva virgen.
Le ofrecemos agua en cada una de las comidas.
Cuando pongo “Galletas” me refiero a las que le hago yo en casa, que sólo llevan plátano y avena.
La leche de avena que gastamos sólo lleva avena y aceite de girasol, y apenas sal. Es de la marca Soria Natural. Ponemos en una tacita de café un par de cucharaditas de avena, la llenamos de leche de avena, y al micro durante 20 segundos para que espese. Se la damos con cuchara. Y no, no sufráis, que el BLW va más allá de “no darle nosotros la comida” ;)

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